Manipulación.

Los manipuladores manejan la cabeza de todo el que esté cerca. No se salva nadie.

Estas personas llegan a la consulta con altos niveles de angustia, lloran y se quejan de que los demás le hacen la vida imposible.

Esta clase de pacientes ignoran que los unicos responsables de tal situación son ellos mismos.

Se frustran, no porque todos estén en su contra como sostienen.

Su dolor es el resultado de que quieren que todo se haga según sus caprichos, y cuando ello no ocurre psicopatean al entorno, habitualmente el familiar, para generarles sentimientos de culpa y obtener su deseo.

Son altamente controladores y se meten en todo.

Quieren tener todo bajo su mando; ello no es sin consecuencia ya que logran hacer de la vida de quienes lo rodean un verdadero infierno.

Instalados eternamente en la zona de la queja, ese es precisamente el lugar de “víctima”.

La culpa de sus males son siempre de los demás: hijos, amigos, cónyuge, familiares y conocidos.

Ellos serán siempre responsables de su desgracia.

Obviamente es una lectura errónea de la realidad; el sujeto posee un grado de inmadurez que le impide hacerse responsable de sus padeceres.

Es importante aclarar que el sujeto no lo hace por maldad.

Su infancia ha sido traumática y de allí de manera inconciente aflora su comportamiento patológico.

Debe tratarse psicológicamente.

No hay manera que una persona con este comportamiento enfermizo pueda salir adelante sola.

Si te reconoces en ese lugar, o te das cuenta que alguien allegado tiene ese comportamiento, la sugerencia es ir al Psicoanalista.

LILIANA VELIZAN Y EQUIPO DE PSICÓLOGOS