Tropezar con la misma piedra

Sin saber por qué nos equivocamos en las elecciones, o repetimos situaciones una y otra vez, las cuales nos llevan a la infelicidad y que además son idénticas; tenemos la creencia de que es ello producto de la casualidad.Nada más lejos de la verdad.

Son mecanismos absolutamente inconcientes.

El paciente nada sabe.Además no tiene idea de por qué le pasa lo que le pasa.

Los sucesos traumáticos vividos en la infancia, van dejando modos o patrones enfermizos que necesariamente nos llevarán a toparnos con situaciones similares y frustrantes.

Repetir. El sujeto repite.

Si.

No cualquier comportamiento. Lo patológico. Lo enfermo. Lo recrea. A ello Sigmund Freud lo llama “Compulsión a la repetición”.

En el espacio psicoanalítico, se trata esta problemática cortando con ese círculo vicioso.Logrando identificar cuál es el origen de tal repetición en nuestra conducta, se frena definitivamente ese mecanismo patológico que nos hace repetir lo malo.

Como está reprimido y olvidado, solo a través de maniobras discusivas por parte del analista, el paciente llegará al origen de tal situación… lo traerá a la conciencia.

Así como resultado lograremos en el consultorio, la eliminación por completo de elegir nuevamente aquello mil veces repetido que nos hace daño y nos lleva desdicha.