La culpa es una emoción normal que se manifiesta como resultado de haber cometido un acto equivocado, ello implica que somos realistas y responsables de nuestros errores. Pero existe otro tipo de culpa que no es sana y es señal de neurosis; esta es inadecuada e insalubre y representa la «sensación» molesta de haber hecho algo malo aunque la realidad demuestre lo contrario.
La culpa no siempre se manifiesta de manera consciente, el sujeto suele adoptar comportamientos con el fin inconsciente de castigarse: dificultad para disfrutar de lo placentero, no «darse el tiempo» para realizar aquello que lo gratifica, creer ser responsable de los errores de los demás, no permitirse ser exitoso, etc.
Los pacientes en el consultorio refieren sentirse culpables de argumentos «imaginarios» productos de mensajes destructivos de los padres…. «¿cómo vas a salir a cenar con tus amigas y dejar a mi nieto solo?…eso no lo hace una buena madre!!!» o «¡ con las notas que me traés de la escuela, seguro me voy a enfermar!».
El paciente se castiga como si ello fuera real, se siente afligido, angustiado, arrepentido y con la convicción de que por ello va a recibir castigo. Es muy común que aparezca la culpa: por ser feliz cuando su madre nunca lo fue; por ser exitoso en su trabajo si su padre es un desocupado; por no haber sido inteligente como el hermano; por tener ideas propias, por ser independiente y separarse físicamente de los padres ; por haber sido hijo preferido.
¿Cómo se trabaja con un paciente que llega al consultorio con estas características?. En el espacio psicoterapéutico es imprescindible abordar aquellas cuestiones que tengan que ver con las características personales del sujeto: la rigidez, la exigencia, el perfeccionismo…recriminarnos las cosas que ya hicimos es inútil. Por otro lado es sumamente importante trabajar el sentido de realidad y la responsabilidad…. «si organicé la comida de los chicos y la abuela viene a cuidarlos…me voy tranquila al gimnasio»…Esto implica aceptar quienes somos, ser responsables, tener autocrítica y reconocer nuestras limitaciones sin pretender ser o hacer mas de lo que podemos.